Conceptos fundamentales para garantizar una gestión eficiente, Gobierno Corporativo y Compliance son términos que tienen objetivos similares. A menudo, incluso pueden confundirse y entenderse como sinónimos, sin embargo, son complementarios entre sí y con la rutina de las empresas.
“Compliance” es un término inglés relacionado con la forma en que la organización se comporta frente a las reglas, legales o institucionales, que está involucrada.
También es el área que cuida la cultura ética y las relaciones entre empleados, gerentes y partes interesadas. En el libro “Compliance 360º”, la especialista en Gobierno Corporativo del IBGC, Ana Paula Candeloro, define el compliance de la siguiente manera:
“[…] un conjunto de reglas, estándares, procedimientos éticos y legales que, una vez definidos e implementados, serán la línea maestra que guiará el comportamiento de la institución en el mercado en el que opera, así como las actitudes de sus empleados”, (Handbook Compliance)
El término ganó mayor prominencia entre las empresas brasileñas, después de la creación de la ley 12.846, conocida como la Ley Anticorrupción, en 2013. Desde entonces, la legislación ha provocado que las empresas estén expuestas “a graves consecuencias civiles y administrativas, si cometen cualquier tipo de acto perjudicial para la administración pública nacional o extranjera” (Saj Adv).
¿Qué pasa con el Gobierno Corporativo?
El Gobierno Corporativo, como explicamos en el post anterior, es el “sistema por el cual se dirigen, monitorean y fomentan las empresas y otras organizaciones”. Implica varias etapas de un proceso y está directamente relacionado con el logro de resultados y la transparencia. Es la forma en que las empresas se gestionan y toman decisiones.
Por lo tanto, podemos decir que ser cumplidor, o en Compliance, se convierte en un capítulo o una lógica de Gobierno Corporativo.
¿Cuáles son los beneficios del gobierno corporativo conjunto y el cumplimiento?
Al adherirse a estos dos pilares, las empresas encuentran mejoras internas y resultados más positivos en su mercado, ya que ambos conceptos actúan con un enfoque en la transparencia de los procesos. Juntos:
- Mejorar la credibilidad de la empresa en el mercado;
- Aumentar la transparencia y la ética entre sectores;
- Mejorar el control de las actividades;
- Ayudar a la empresa a demostrar su compromiso con la ética;
- Promover la gestión organizacional de calidad;
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